Las criptomonedas experimentaron un auge de precios y demanda durante la pandemia de Covid-19. Muchas personas al trabajar desde y buscaban cosas que hacer con su tiempo extra, y otras buscaban ganar algo de dinero extra o dinero para subsistir al no tener un empleo compatible con la pandemia. Bitcoin y Ethereum alcanzaron máximos históricos a finales de 2021 antes de caer significativamente en 2022, pero aún quedan considerables operaciones de minería de criptomonedas.
Por ello, la administración de Joe Biden pretende poner un nuevo impuesto sobre la electricidad utilizada para la minería de criptomonedas. Según la administración, las operaciones de criptominería tienen un impacto desmesurado en el consumo de energía en Estados Unidos. Esto afectaría sobre todo a Bitcoin y otras criptomonedas que usen Proof of Work.
La minería de critpomonedas sería algo más costosa en Estados Unidos
Como parte de su presupuesto para el año fiscal 2024, la Casa Blanca propone un impuesto del 30% sobre la electricidad utilizada por las operaciones de minería de criptomonedas. El impuesto sobre la Energía de la Minería de Activos Digitales entraría en vigor el 23 de diciembre de 2023 y se aplicaría gradualmente. Comenzaría con un 10 por ciento en el primer año, aumentaría al 20% durante el segundo año y llegaría al 30% a partir del tercero. Se calcula que podría generar unos ingresos de 3.500 millones de dólares en la primera década de su promulgación.
La Casa Blanca afirma que «el aumento del consumo de energía atribuible al crecimiento de la minería de activos digitales tiene efectos medioambientales negativos y puede tener implicaciones de justicia medioambiental, así como aumentar los precios de la energía para aquellos que comparten una red eléctrica con los mineros de activos digitales«.
Este impuesto ahría que los ciudadanos asuman las consecuencias del aumento de la demanda de energía de los criptomineros en forma de tarifas más elevadas para compensar los costes de los productores de energía. La administración también señala que la volatilidad de la minería de criptomonedas puede tener otras consecuencias. La idea es que estas grandes consumidores de energía paguen la factura mediante impuestos más alto. Se espera que el impuesto sea suficiente para disuadir a los criptomineros en un mercado que ya ha visto caer la rentabilidad.
Por ejemplo, las cifras de la Administración de Información Energética de EE.UU. muestran que la refrigeración representa la mayor parte del consumo eléctrico, con 85.000 millones de kilovatios hora (kWh) en 2022. La iluminación ocupa el segundo lugar, con unos 65 millones de kWh, y los televisores el tercero, con algo más de 50 kWh. La entrada sorprendente en la lista es la minería de criptomonedas, que consumió 50 millones de kWh en 2022 y ocupó el cuarto lugar. Las 34 mayores operaciones de minería de criptomonedas de Estados Unidos consumen en un año electricidad suficiente para abastecer a tres millones de hogares.
Fuente: Tom’s Hardware