China trabaja en una nueva norma contra la transferencia de tecnologías forzadas

Parece ser que China está trabajando en una ley sobre inversión extranjera que regularía sobre la ilegalización de las transferencias tecnológicas forzadas.

Durante años la apuesta de China ha sido atraer la máxima inversión extranjera con mano de obra casi gratis. El país ahora está cambiando de estrategia y está apostando por dar sueldos mejores y apostar por las nuevas tecnologías. Hace unos días se publicó que China forma desde niños en Inteligencia Artificial. El siguiente paso parece ser una nueva ley sobre inversión extranjera. Esta norma nueva ilegalizaría las transferencias de tecnologías de manera forzada. Así se responde a las protestas estadounidenses y podría aliviar la guerra de aranceles entre ambos países.

China trabaja para crear una nueva ley de transferencias de tecnologías.

Han sido los medios locales quienes han informado sobre el estudio de esta nueva norma. Actualmente está en borrador y exige la prohibición de ley que “obliga a las empresas extranjeras a transferir tecnología o restringir ilegalmente su acceso al mercado”

Se ha interpretado en parte como un movimiento de Beijing como acercamiento a Estados Unidos y otros países. La reclamación de otros estados para esta norma y similares es algo solicitado desde hace años. Esto sería una solución a la batalla comercial entre los dos países que perjudica a todo el mundo. Sobre todo está empezando a perjudicar a la economía estadounidense que ya nota los aranceles. Dicho problema también se está extendiendo a otros países.

“Una amplia gama de expertos y observadores de mercado están de acuerdo en que China ha forzado en repetidas ocasiones a las corporaciones multinacionales extranjeras a transferir tecnología a las empresas locales como condición para el acceso al mercado y que China no ha logrado proteger la Propiedad Intelectual de las empresas extranjeras que realizan negocios en China”, escribe Lee Branstetter, profesor de economía y políticas públicas de la Universidad Carnegie Mellon.

Fuente: HOCP

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