La estrategia de Intel va mucho más allá de los procesadores, un claro ejemplo son el desarrollo de las tecnologías Thunderbolt o VROC, tecnologías que nos ofrecen diferentes soluciones ya sea para la conectividad o para la aceleración de almacenamiento profesional. Intel está trabajando en soluciones más allá de estas y una de ellas es la integración de la tecnología inalámbrica 802.11ac o WiFi en los procesadores. Los primeros procesadores en llegar al mercado con esta tecnología de conectividad inalámbrica al mercado serán los Cannon Lake (para sobremesa) y los Gemini Lake (para portátiles)
Intel además de esto también trabaja en tarjetas que ofrezcan conectividad WiFi, como es el caso de la tarjeta Wireless-AC 9560, la cual integra un procesador Intel 9520, del cual no se ha especificado mucho más. La tecnología inalámbrica de momento no están integradas en los procesadores actuales, pero algunas ya se están migrando a la CPU, SoC o PCH con la finalidad de ahorrar costes, reducir dimensiones y ser más eficiente energéticamente hablando.
Los módulos add-in se pueden interconectar de manera directa con el procesador, sin necesidad de consumir carriles PCIe. Mediante esta conexión directa se reduce el tiempo de espera de la conectividad WiFi y por lo tanto se reduce la latencia. Este módulo, por tanto, no necesita ser alimentado mediante carriles PCIe o USB, ya que lo hace desde el procesador, el SoC o el chipset. Hablamos por tanto de un adaptador AC-9560, que podríamos decir que sencillamente es un modo complementario para la funcionalidad WiFi AC. Este además tiene un formato muy reducido, concretamente el formato es M.2 2230, pero puede ser más pequeño gracias a la computación en un tamaño de 12x16mm, lo que hace que ocupe muy poco espacio en la PCB.
Fuente: CB