Un estudio más afirma que las redes sociales no son inherentemente nocivas para jóvenes

En los últimos años ha habido una gran preocupación por el impacto de las redes sociales en los jóvenes. Estamos ante las primeras generaciones que no entienden el mundo sin WhatsApp, ni Twitter, ni Facebook, ni Instagram. También ha habido un notable incremento en los casos detectados de depresión y hasta bullying. ¿Tendrán algo que ven una cosa con la otra? Pues según un reciente estudio del National Academies of Science, las redes sociales no son inherentemente malas.

Once académicos diferentes ayudaron a elaborar el documento, junto con otros siete miembros del personal que trabajaron en él. La revisión de la bibliografía realizada por el comité no respaldó ninguna conclusión de que las redes sociales provoquen cambios en la salud de los adolescentes.

Las redes sociales no son tan malas para los jóvenes

Eso no quiere decir que no haya puntos negativos. El informe dejan claro que cualquier enfoque en la prohibición de las redes sociales sin más, seguramente les haría más daño que bien. Se analizó la relación entre el uso de las redes sociales y los sentimientos de tristeza a lo largo del tiempo, de los cuales se han encontrado efectos pequeños o nulos. Pero las personas con depresión clínicamente significativa pueden relacionarse con las redes sociales de forma diferente.

Logotipos de redes sociales, que según un estudio reciente, no son nocivas para los jóvenes.

Las investigaciones creen que es una relación circular. Esto es que las personas con más síntomas de depresión pasan más tiempo en las redes sociales y que el uso de éstas predice el riesgo de depresión. La relación entre el uso de las redes sociales y la depresión puede variar según los distintos grupos demográficos o de identidad. Entre los adolescentes LGBTQ+, el uso de los medios sociales se asocia con menos síntomas depresivos pero con un mayor riesgo de acoso.

Se publicaron recomendaciones, entre las que destacan las que no incluyen la verificación de la edad, controles parentales agresivos ni la prohibición del acceso de los niños a las redes sociales. En su lugar, se recomienda una mayor formación en alfabetización mediática digital en las escuelas, desde el jardín de infancia y a lo largo de todos los años de escolarización. Sugieren que las empresas de medios sociales deberían desarrollar sistemas más estandarizados para denunciar los abusos y el acoso, gestionar esas denuncias, adjudicarlas y seguirlas. También tendrían que estar más abiertas a colaborar con investigadores para compartir datos.

Salir de la versión móvil