Consejos para comprar un PC Gaming
Conejos para que montes tu equipo gaming y que te dure para muchos años
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Decidir actualizar nuestro ordenador o adquirir un nuevo PC para gaming no es una tarea sencilla. Tenemos que saber algunos aspectos necesarios antes de empezar a elegir componentes. Para ayudaros a decidir, hemos hecho una pequeña guía de compra actualizada de ordenadores para jugar. Aquí veremos los principales aspectos a tener en cuenta antes de empezar a mirar los componentes.
Índice de contenido
Presupuesto con el que cuento
Lo primero es saber cuanto dinero tengo disponible para invertir en mi nuevo PC gaming. Según la cantidad que tengamos disponible, podremos acceder a una gama de componentes u otra.
Desgraciadamente el hardware se ha encarecido bastante en los últimos años. Los procesadores de gama media-alta y las tarjetas gráficas de gama media en seguida pasan los 300€. Si queremos algo tope de gama, los procesadores se pueden ir a los 500-600€ con tranquilidad y las tarjetas gráficas de 800€ para arriba.
Tranquilo, siempre hay soluciones más económicas que nos permiten desarrollar un sistema gaming por muy poco. Una gran opción son las APU Ryzen de AMD. Estos procesadores integran gráficos capaces de mover juegos en 1080p con una calidad gráfica aceptable. Normalmente oscilan entre los 100-200€, pero además permiten ahorrarnos la tarjeta gráfica dedicada y el disipador, así que ya nos ahorramos un pellizco importante.
Intel o AMD, ¿cuál es la mejor opción?
Aquí es donde no hay el más mínimo consenso. Los procesadores de Intel, debido a sus frecuencias de trabajo, son mejores en juegos. Si bien es cierto que los procesadores AMD Ryzen tienen mayor cantidad de núcleos y suelen ser más comedidos en cuanto a precio.
Si estás buscando un ordenador solo para jugar y obtener la mayor tasa de FPS, posiblemente lo óptimo para ti sea un procesador Intel. En cambio, si estás desarrollando un ordenador polivalente que te dure tiempo, los AMD Ryzen pueden ser mejor opción.
Los procesadores de Intel, por otro lado, cuentan todos con gráfica integrada, salvo los modelos terminados en ‘F’, cuyos gráficos integrados están desactivados. En cambio los procesadores Ryzen carecen de gráficos integrados, salvo en los modelos APU, que suelen tener un límite de 4 núcleos y 8 hilos.
Debemos tener en cuenta también la capacidad de overclocking o de subir la frecuencia de trabajo del procesador. Esta práctica puede servirte en un futuro para obtener un pequeño extra de rendimiento. Todos los procesadores Ryzen son compatibles con esta práctica, pero suelen tener problemas para mejorar la frecuencia debido a que llegan muy exprimidos de fábrica. Por otro lado, los procesadores de Intel son más amigables con el overclocking y permite aumentar la frecuencia de manera sencilla. Ten en cuenta que para todos los casos necesitaras un disipador potente y que este será quien realmente limite el aumento de frecuencia.
Qué placa base necesito
La placa base de nuestro PC gaming siempre dependerá del procesador que elijamos. Si es un procesador Intel, necesitaremos una placa base con chipset y socket que soporten este procesador. En caso de adquirir un procesador AMD, necesitaremos un chipset y un socket compatibles. No se puede instalar un procesador Intel en una placa base AMD y al revés.
El formato (tamaño de la placa base) ya depende más del espacio que tengamos en nuestro escritorio. Actualmente hay placas base de todos los formatos y prestaciones en el mercado.
Nosotros te recomendamos que elijas algo que sea gama media, con disipador en las fases VRM. Sería interesante que tuviera al menos un puerto M.2 NVMe y un puerto PCIe 3.0 x16 blindado.
Respecto a la conectividad, la verdad es que tampoco es algo problemático. La mayoría de placas base cuentan con una gran cantidad de puertos USB, normalmente 3.0 o superiores. Todas las placas base suelen tener salida de vídeo DVI y muchas incluso cuentan con DisplayPort.
Si va a ser un sistema para mucho tiempo, seguramente te interese que integre un USB 3.2 Gen2 Tipo C con compatibilidad para Thunderbolt. Este tipo de puerto, mediante hubs adicionales, suele permitir salida de vídeo y aumentar la conectividad USB, entre otros.
Cantidad de memoria RAM
Antes de adentrarnos en este punto, debes tener muy claro a que tipo de juegos quiere jugar. Los juegos Triple A suelen recomendar como mínimo 8GB DDR4 de RAM, pero lo ideal es usar ya 16GB DDR4. Mientras que si vamos a jugar a títulos eSports como Counter Strike, Fortnite o Dota, con 8GB DDR4 tendremos más que suficiente.
Tanto para procesadores Intel como para procesadores AMD, se recomiendan módulos de 3.200MHz. Aunque para los procesadores Ryzen 5000 se recomiendan ya módulos de 3.600MHz. Debes tener en cuenta que las frecuencias de trabajo de los módulos RAM, cuanto mayor sea, más encarece el módulo.
Luego debemos tener en cuenta el tipo de disipador, suponiendo que cogeremos módulos de 3.200MHz o más. Si quieres una cantidad de RGB mínima, lo mejor son los módulos con disipador sencillo. Estos módulos suelen ser bastante económicos y ofrecen un buen rendimiento. Los módulos con RGB suelen encarecerse bastante por el hecho de incluir iluminación.
MUY IMPORTANTE. Si te vas a montar un equipo gaming, compra siempre dos módulos de memoria RAM para configuraciones Dual Channel. Digamos que el procesador puede escribir en la DDR4 mediante dos carreteras y esto aumenta el rendimiento.
Tipo y capacidad del disco duro
Actualmente los SSD tienen precios muy asequibles, así que usar un HDD convencional como unidad primaria no tiene sentido. Además, un SSD de 500GB nos puede salir por unos 60€ y suele ser más que suficiente.
Muchos usuarios suelen apostar por instalar un SSD como unidad primaria para el sistema operativo y los juegos instalarlos en el HDD. Si tenemos un SSD de 500GB, no sería necesario tener un disco duro secundario. Debemos también tener en cuenta que seguramente nos saldrá más a cuenta un SSD de 500GB que no comprar un SSD pequeño y un HDD.
Si tienes presupuesto, te recomendamos una unidad SSD M.2 NVMe para vuestro PC gaming. Este tipo de unidades de almacenamiento se instalan directamente sobre la placa base y ofrecen hasta 6 veces más velocidades de transferencia que los SSD SATA.
Resolución, tasa de refresco y calidad gráfica a la que queremos jugar
Actualmente podemos jugar a resoluciones 1080p, 1440p y 4K. Debemos tener en cuenta que el tamaño de las texturas aumenta según la resolución. Básicamente la resolución 4K tiene 4 veces más píxeles que la resolución 1080p, así que se requiere más capacidad de cómputo.
Es por esto mismo que la resolución 1080p se ha quedado como una resolución gráfica para juegos competitivos o eSports. Las tarjetas gráficas de gama alta pueden ofrecer más de 100FPS en juegos competitivos como Fortnite o CS:GO, donde una elevada tasa de frames puede ser decisiva para generar bajas. Mientras que la resolución 4K suele ser más restrictiva en tasa de frames y estar más pensada para quienes quieren una mejor experiencia.
Lógicamente la calidad gráfica es un factor importante en todo esto. Según la calidad gráfica a la que queramos ejecutar el juego, mayor o menor será la tasa de FPS. Un juego con calidad gráfica media en 1080p ofrecerá más FPS que si lo ejecutamos a la máxima calidad gráfica.
Así que debemos sopesar la resolución, si queremos una elevada tasa de FPS y la calidad gráfica a la que queremos que se ejecute el juego. Todos estos factores implicarán que tengamos que elegir una gráfica u otra, pudiéndose encarecer nuestro futuro PC Gaming.
La tecnología RayTracing
Pese a las críticas iniciales a la tecnología RayTracing, soportada por primera vez por NVIDIA, ha llegado para quedarse. Las Xbox Series X y la PlayStation 5 técnicamente soportan el trazado de rayos gracias al hardware desarrollado por AMD. Aunque la realidad es que hay poca información sobre el soporte de esta tecnología en gráficas Radeon.
NVIDIA en sus gráficas ofrece el trazado de rayos y la tecnología DLSS. Esta tecnología basada en el Deep Learning ayuda a compensar las perdidas producidas por el trazado de rayos. Realizar los cálculos del trazado de rayos no es sencillo y requiere de mucha capacidad de cómputo, afectando al rendimiento. DLSS permite reescalar imágenes con RayTracing desde una resolución menor a una mayor sin apenas perdida en la calidad gráfica.
AMD soporta el RayTracing en sus gráficas Radeon, aunque de una manera inicial. No cuentan con una tecnología que compense las perdidas por el uso del trazado de rayos, lo cual la deja en desventaja frente a su competidor.
Si te da igual el trazado de rayos, podrás encontrar en el mercado soluciones potentes sin soporte para esta tecnología. En caso que quieras jugar con todo, te tocara rascarte bien el bolsillo. Lo positivo es que las RTX 3000 de NVIDIA son mucho más potentes que las RTX 2000 de la compañía y más económicas. Si quieres un PC gaming para tiempo, es casi obligatorio que te compres una gráfica de NVIDIA.