AMD equipa el mayor superordenador del mundo para investigación en la industria química
BASF ha puesto en marcha un nuevo superordenador en su sede de Ludwigshafen, para sustituir al ya existente. Con 3 petaflops de potencia de cálculo, este nuevo superordenador es considerablemente más potente que su predecesor que alcanzaba los 1,75 petaflops de potencia de cálculo.
El nuevo superordenador ha sido fabricado por Hewlett Packard Enterprise y funciona con procesadores AMD. Para poder refrigerar y mantener una buena temperatura, utiliza un sistema de refrigeración basado en agua caliente. El sistema absorbe el calor directamente donde se genera en el superordenador y lo transporta fuera, lo que reduce la energía necesaria y los costes de funcionamiento. Llamado Quriosity como su predecesor, este nuevo superordenador es actualmente el mayor superordenador del mundo utilizado en la investigación química industrial.
BASF también confía en la potencia de computación en la nube adicional cuando la necesita
Además de su propio superordenador in situ, BASF también tiene previsto utilizar potencia de computación en la nube. Esta solución híbrida les ofrecerá una mayor flexibilidad técnica y operativa, que les permitirá atender solicitudes que requieran de una potencia de procesamiento excepcionalmente grande, y para trabajar en tareas especiales para las que su propio superordenador no está diseñado.
Como herramienta digital, un superordenador supone un enorme ahorro de tiempo. Son capaces de realizar cálculos que en el pasado habrían llevado alrededor de un año, que con él pueden ser realizados en sólo unos días. Esto reduce los tiempos de desarrollo del producto. El modelado, los experimentos virtuales y las simulaciones se presentan como cada vez más complejas y requieren de más potencia de cálculo que antes.
El superordenador Quriosity lleva desplegado en BASF desde 2017. Desde entonces, ha realizado una media de 20.000 tareas al día y es utilizado por más de 400 empleados en todo el mundo. En el área de negocio de cuidado personal, por ejemplo, las complejas simulaciones del superordenador ayudan a los investigadores a comprender mejor la composición de los productos de cuidado personal y a predecir con mayor precisión qué ingredientes cosméticos armonizan entre sí de forma óptima para lograr el efecto deseado. Las simulaciones también ayudan a planificar y optimizar los procesos de reacción. Por ejemplo, se puede simular la distribución de sustancias y la temperatura en un reactor y utilizar esta información para mejorar continuamente la producción.
En una fase temprana de desarrollo de productos fitosanitarios, el superordenador Quriosity de BASF puede identificar rápidamente compuestos adecuados que sean eficaces y respetuosos con el medio ambiente. Pero el superordenador también se utiliza en proyectos ajenos a la investigación y el desarrollo. Por ejemplo, ayuda a optimizar la dinámica de fluidos de los componentes de las plantas en las operaciones de producción.