No Game Over: El juego de mesa que parece un videojuego – Review
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No Game Over es un juego de mesa basado en cartas para los más gamers del lugar, con humor. Analizamos un juego de mesa bajo los stándares del videojuego.
Los juegos de mesa han inspirado a muchos videojuegos. El primer videojuego de la historia es una adaptación del tres en raya, muchos RPGs de tablero como Dungeons and Dragons han inspirado franquicias como Baldur’s Gate, y Tabletop Simulator te permite jugar a virtualmente cualquier juego de mesa que se te ocurra. ¿Y si les diéramos la vuelta? Un juego de mesa que bebe de los videojuegos… Ese es No game Over. No hablamos de los muchos juegos de mesa oficiales de videojuegos. Un juego de mesa que ha estado rondando los eventos frikis de España, especialmente los de Madrid como la reciente Madrid Games Week.
Tenemos una copia del juego, y lo vamos a analizar… Lamentablemente no sabemos analizar juegos de mesa pero podemos analizar videojuegos, con lo que vamos a tratarlo como tal ya que su propio lema es «El Juego de mesa que parece un videojuego».
El juego de mesa que parece un videojuego
No Game Over viene en una versión física por la que otros juegos estarían totalmente envidiosos de tener. Un juego completo de cartas… Pero no encontramos ni disco ni clave, ni especifica la plataforma que es. Ahí nos dimos cuenta de que la plataforma es la mesa, o cualquier espacio que tengas para poner las cartas como el suelo de un parque. Eso hace que no haya una barrera de entrada: no necesitas comprar ninguna consola, ni preocuparte de que tu móvil u ordenador cumplan con requisitos mínimos.
Una vez lo iniciamos vemos que tiene un matchmaking muy extraño. No puede buscar otros jugadores en línea y su rango no va más allá de medio metro con lo que tenemos que sacarnos las castañas del fuego y buscar a otros jugadores que estén interesados, independientemente de su habilidad o experiencia. Como experiencia multijugador palidece en opciones ya que no hay rangos por jugar mejor, ni modos competitivos, solo el de Partida Rápida. Ahí ya vemos que no tiene un modo campaña, y como Fortnite Battle Royale o Call of Duty: Black Ops III, es un juego íntegramente multijugador. Hemos probado a jugarlo con varios grupos, y aunque técnicamente se puede con otro jugador, con más jugadores hay más tensión y las partidas son más emocionantes.
También llama la atención el apartado gráfico. Solamente tiene un extraño modo realista al máximo. Tan realista que echaremos los efectos visuales de Hearthstone o Magic Arena, pero tiene un consumo de recursos prácticamente nulo y solamente pide una luz para poder ver las cartas, sea natural o artificial. El apartado artístico es bien consistente y consigue que se unan perfectamente en un mismo universo más de un centenar de elementos diferente sacados de mundos realistas, de fantasía, y futuristas. Nos apena que tenga una ausencia total de banda sonora y sonidos, porque habrían animado mucho las partidas. Lo único que oiremos son las voces del chat de voz.
A jugar se ha dicho
Hemos jugado varias partidas de No Game Over a lo largo de estos días y es bastante más sencillo de jugar de lo que aparenta. La historia nos hace encarnarnos a nosotros mismos como personajes de videojuego. Aparecemos sin más recursos que tres Vidas, tres objetos y tres Level que hacen de maldiciones e invocaciones que podremos usar contra los rivales en el limitado PvP. El juego es por turnos: cada turno, un jugador abre un Level y se enfrenta al monstruo o la invocación.
Si es un monstruo, normalmente tendrá que superar su fuerza del 1 al 20, con la ayuda conjunta de sus Vidas, sus equipamientos, hechizos y un monstruo como ayudante. Los otros jugadores podrán lanzar otro monstruo enemigo y hechizo y maldiciones con diferentes efectos. Lo que cuenta es si el jugador puede hacer frente al enemigo o no, superando siempre su poder, nada de empatar. Si lo supera, consigue una Vida y puede conseguir Equipamientos y Levels dependiendo de las recompensas. Si no, puede huir si se lo permite para evitar que pierda una vida. Así rotando los jugadores en un orden dictaminado por ellos.
Ahí ya se nota el componente estratégico de No Game Over. Viendo que los demás jugadores tienen disponibles una serie de maldiciones y enemigos… ¿Sacamos lo más fuerte primero? ¿Estaremos seguros? Cuando los jugadores tienen experiencia y están decididos, al jugar ya saben bien lo que les depara en cada enfrentamiento.
Para equilibrar y evitar que nadie vaya descompensado, un sistema de Rounds permite a los jugadores que han estado dos turnos sin conseguir cartas para avanzar, puedan conseguir una para ver si así remontan. También permite a los más opulentos conseguir vidas.
Ahora… ¿Cual es el objetivo de No Game Over? Vencer al boss final o acabar con los demás jugadores y ser el último en pie. La mecánica de Boss Final es curiosa: tienes que llegar al Nivel 6, lo que para entonces te hará blanco de los demás jugadores, pero si llegas puedes enfrentarte a un enemigo de alto poder de una pol de cinco: cuatro de poder 30 que se pueden vencer con buen equipamiento, y el de 60, el cual vencerle es un desafío enorme. A estos enfrentamientos se le añaden reglas como que no podemos huir de los jefes y que los demás jugadores no pueden interferir. Es una pelea final con todas las de la ley.
La parte de eliminar a los jugadores es teóricamente la más fácil, pero no nos conviene enfadar al resto. Podemos lanzarles maldiciones cuando queramos incluso jugar cartas de forma inteligente como las habilidades para forzarle a huir si vemos que se enfrenta a un enemigo débil, así no consigue vidas ni equipamiento. Los jugadores que queden eliminados podrán seguir interfiriendo acumulando Levels en sus manos para usarlo cuando quieran contra el jugador que menos gracia les haga. Así hacen que una vez eliminados no tengan que esperar a que acabe la partida y puede pasar cierto evento aleatorio que los regenere y los devuelva a la partida.
Todo este conjunto de reglas forma una dinámica de juego sencilla y rápida. Se nota cierto componente de dependencia del RNG para avanzar y puede estar o muy en tu contra o muy a favor, pero si se comporta bien, que lo hace en la mayoría de casos, consigue que sea de las mejores experiencias multijugador de este tipo que a las que podamos jugar. No tiene un metajuego muy extendido a no ser que sepas contar cartas y te hayas memorizado todos los Levels que hay, pero es altamente improbable y solamente nos afectará a la hora de tomar decisiones.
Hemos notado a lo largo de las partidas que echamos de menos que ciertos enemigos tengan sinergías con objetos equipados, ya sea inmunidades, debilidades y otros efectos. También lo decimos de que no hay efectos especiales de los propios monstruos más allá de que un par de ellos no podamos recurrir a la huida. El juego base es muy sencillo una vez buscas más profundidad, pero por suerte están los DLCs que venden juntos en un paquete de expansión de los que esperamos hablar otro día.
Inspirado por la cultura del videojuego
Salta a la vista que No game Over está enfocado al público gamer con todas las de la ley. Pero no para quienes les gusta jugar y ya, sino a su cultura, sus juegos y personajes. Todos los eventos y equipamientos están basados en videojuegos o elementos de la cultura del videojuego. Más ambicioso que Super Smash Bros. Ultimate.
Y hay que alabar que, mientras pueblan los eventos y equipamientos de títulos más mainstream, tengan algunos pequeños detallitos. La referencia con los cascos de Meku me llega a mi corazón y sorprende que esté ahí dado que no es un juego especialmente conocido por el público mayoritario. Y que el Timo Metálico de Kagon Drest sea relativamente débil pero sea el monstruo que otorgue más recompensas. Esto hará que No Game Over sea el juego de mesa principal para partidas un poco casuales entre jugadores que jugarán por la metanarrativa de derrotar a Ganonzos de Zelsa con la ayuda del poder los Rayos de Wod of Gar, las Guadañas Darsaider, y tras pedir ayuda a los Compinches del TGA. No es tanto la calidad del juego, que la tiene, sino la microhistoria y la situación tan llena de fanservice a gente que juega a los videojuegos. Y lo vemos también como algo ideal para quienes no juegan porque en el fondo sigue siendo un juego de cartas con humor.
Recomendamos No Game Over
Nuestra conclusión es que recomendamos bastante No Game Over por muchas razones. Es sencillo y con cierta profundidad, con lo que puede ser la puerta de entrada ideal para los grupos de juegos de mesa. Su precio además es bastante atractivo y muy por debajo de otros juegos de mesa que están pensados para ser comprados por un grupo al que vayan a dedicarle muchas horas.
El único problema que le vemos es que la profundidad se resiente conforme juguemos varias partidas y ya nos veamos tentados a adquirir los DLCs. Pero se nota un juego completo. Completo, pero con mucho más que ofrecer. Lo recomendamos gustosamente a los gamers y a los no tan gamers.