Todo sobre las baterías recargables hechas de comida
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Baterías recargables hechas de comida
Un equipo de investigadores del Instituto italiano Di Tecnología (IIT) ha logrado un avance importante dentro del mundo de la tecnología. Ha creado la primera batería recargable y comestible hecha a base de comida.
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Pero si estás aquí porque quieres saber todos los detalles sobre este descubrimiento extraño e importante sobre cómo se hacen las baterías de material orgánico, te recomendamos que leas el artículo hasta el final.
Características de la batería comestible
La electrónica comestible al parecer está llegando para quedarse. Lo interesante es que al ser una batería hecha de materiales orgánicos, son ideales para reemplazar las baterías tradicionales que pueden ser muy tóxicas. Incluso son realmente buenas para dispositivos que deben funcionar dentro del cuerpo, y se adaptarían mejor al medio interno del ser humano.
¿Que usan estas baterías orgánicas para funcionar?
Si estás aquí es porque tienes ciertos conocimientos básicos de cómo funcionan las baterías. ¿Verdad?
Una batería es un dispositivo electroquímico que almacena y libera energía eléctrica. Esta se compone por al menos dos tipos de materiales conductores que se llaman electrodos, los cuales están hechos de materiales conductores que poseen iones.
Estos electrodos están envueltos en un electrolito, que es una sustancia que permite que los iones se muevan entre los electrodos.
Durante este proceso, los electrones fluyen desde el electrodo negativo (ánodo) hacia otro positivo (cátodo). Para todo esto hace falta un circuito, que genera electricidad y alimenta dicho dispositivo.
¿Te imaginas la misma idea pero con una batería orgánica? Cada uno de los componentes, se reemplazarían con componentes comestibles y que tengan la misma funcionalidad.
- Usan riboflavina presente en las alamedas, como ánodo
- Quercetina que se encuentra en las cebollas, alcaparras y demás vegetales como cátodo;
- Carbón activado como conductor
- El separador de ánodo y cátodo están hechos de alga nori
- Los electrodos están hechos de cera de abeja
- Los contactos de la batería están diseñados de celulosa y oro
- Todos los componentes están autorizados y son legales para el consumo humano. No causan ningún daño
- La batería es muy modesta, con un voltaje de 0,65 voltios y con una autonomía que se mide en minutos. Aún así, su perfecto diseño orgánico, la hace ideal para situaciones en que las baterías tradicionales no se recomiendan.
¿Cuáles son sus usos de acá al futuro de las baterías?
- Sus usos potenciales podrían ser para conectarse a circuitos orgánicos y medir por ejemplo las características de ciertos alimentos
- También se podrían utilizar en todo lo que es “juguetes para niños” ya que hay un alto riesgo de que se lleven a la boca o se traguen el dispositivo
- Se desarrollarán baterías con más tiempo de utilidad y pueden ser muy útiles en cirugías de alta complejidad para disminuir riesgos en pacientes.
¿Qué opina la ciencia de este logro?
Los investigadores son realistas y consideran que para que este invento pueda introducirse definitivamente en la vida de los seres humanos, faltan años de perfeccionamiento.
Necesitan un dispositivo no solamente confiable, si no, que sea útil, que tenga una durabilidad significativa, y que, por supuesto, reemplace a las baterías tradicionales como este invento lo promete.
Además, las baterías comestibles son una fascinante alternativa para la industria del almacenamiento de energía en general.
Todo esto se explica que con la demanda y el aumento de las baterías tradicionales, construir baterías más seguras sin el uso de materiales tóxicos, se convierte en un desafío pero al mismo tiempo en una necesidad.
Los usos potenciales futuros van desde circuitos comestibles, sensores que pueden monitorear las condiciones de nuestra salud, es decir lo que ocurre dentro de nuestro organismo, hasta la calidad de los alimentos con sensores para monitorear las condiciones de los alimentos.
En el futuro, el equipo responsable. ya está diseñando modelos con mayores capacidades en tamaños más pequeños, con la esperanza de impulsar pronto robots blandos y comestibles, para su uso en procedimientos médicos.
¿Se imaginan un robot que te opere y que se pueda comer?
También los científicos piensan que en el ámbito de la medicina podrán ser realmente útiles y podrían crearse baterías personalizadas para cada ser humano y que no sean tóxicas sino orgánicas. Es decir, que todo lo que usemos que “no sea humano” sea lo más natural posible.
También pueden servir como sensores que controlen nuestra salud y que tengamos que usarlos toda la vida en casos de enfermedades crónicas. La idea es que no haya ningún dispositivo que se “cargue de forma antinatural”.
Aunque estas baterías aún están muy lejos de alimentar vehículos eléctricos, sí demuestran que es posible crear baterías con materiales más seguros que los utilizados en la actualidad. ¿Desaparecerán las baterías de iones de litio?