El gobierno vuelve a las andadas y desarrolla un borrador de canon digital para grabar los contenidos físicos y ahora también las plataformas de streaming como Netflix o Spotify.
No hay dos sin tres. Parece ser que con dos declaraciones de inconstitucionalidad a los canones digitales no ha habido suficiente y ahora van a por el tercero… y ya sabemos cómo acabara. El PP de nuevo quiere instaurar un canon a los discos duros, los SSD, las tarjetas de memoria SD, impresoras, unidades ópticas, memorias USB y otros similares. Este nuevo canon, ampliaría este canon a cualquier plataforma de streaming de video, las cuales ahora son legales, como son Netflix, Amazon Prime Video, HBO Go o Spotify.
La actualización de este canon, que se ha filtrado en formato de borrador, por parte de la Asociación de Internautas, el cual introduciría una imposición a plataformas que ofrecen contenido digital de FORMA LEGAL. Ojala eso fuera todo. Dejan abierta la puerta a que las entidades de gestión de derechos de autor puedan gestionar esta recaudación. Ante la reducción de ingresos por la venda de contenidos de formato físico, queriendo obtener ingresos a partir de plataformas legales que ofrecen contenido a través de internet, como Netflix o Spotify.
Debemos decir que el concepto de copia privada es algo bastante relativo y en la era digital este hecho se vuelve más difuso, si cabe. Los archivos copiados son realmente combinaciones binarias de unos y ceros, que según la legislación son totalmente legales, siempre y cuando serán una copia idéntica de la original. Estos límites ahora pasarían a ser los siguientes:
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a) Que se lleve a cabo por una persona física exclusivamente para su uso privado, no profesional ni empresarial, y sin fines directa ni indirectamente comerciales.
b) Que la reproducción se realice a partir de una fuente lícita y que no se vulneren las condiciones de acceso a la obra o prestación.
c) Que la copia obtenida no sea objeto de una utilización colectiva ni lucrativa, ni de distribución mediante precio.
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El primer canon, del 2003 era totalmente absurdo e injusto en el pasado y volver con esto catorce años después, es algo totalmente anacrónico y absurdo y más el intenso de grabar plataformas de contenidos legales como Netflix. La copia de archivos, con las plataformas digitales que tienen un catálogo muy extenso por una cuota mensual reducida, optan cada vez menos por la copia y almacenamiento físico, haciéndose absurdo este canon.
Hay que destacar que según se puede leer en el apartado ‘B’, los dispositivos como smartphone, ordenadores, tablets o las SmartTV que dispongan de Netflix u otras plataformas digitales que permitan la reproducción de cualquier contenido. Lo más absurdo no es que se penalice el almacenamiento del contenido para la reproducción posterior, sino la reproducción de cualquier contenido, de la fuente que sea.
Volvemos a lo mismo de siempre, un canon creado por autores y gestores de derechos de autor, como la SGAE, para obligarnos a pagar por un contenido que ya pagamos, vamos, lo que sería un repago, algo que ya hemos visto en otros elementos de nuestra vida diaria, como los medicamentos. Si esto llega a ser de aplicación, deberíamos guardar las facturas de todo, ya que cuando vuelvan a declarar este canon ilegal, podremos reclamar lo que nos han cobrado de más.