Mad Catz se declara en bancarrota, algo muy previsible después de los graves problemas de la compañía, que vio como hace unos días era expulsada de la Bolsa de Nueva York.
Era cuestión de días que se diera a conocer la noticia y al final se ha confirmado, Mad Catz entra en bancarrota. La compañía después de ser expulsada de la Bolsa de Nueva York, se ha declarado la bancarrota y los directores de la compañía han abandonado el cargo, quienes habían tomado las riendas de la compañía el pasado año para intentar mejorar la cotización en bolsa, algo que no ha sido posible. Las cosas no han ido nada bien para la compañía, que ni vendiendo su filial Saitek se ha salvado.
Los problemas de la compañía nacen de la fabricación en exclusiva de los periféricos del título Rock Band 4, el cual ha sido un auténtico fracaso en las ventas, haciendo que no se vendieran los periféricos, quedándose unos diez millones de unidades en los almacenes de la compañía, lo cual supuso el despido de cerca del 40% de la plantilla y la venta de Saitek a Logitech, para tratar de maquillar las cuentas, cosa que a la postre no ha servido para nada.
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“Como se declaró anteriormente, la junta de directores de la compañía formó un comité especial en 2016 para explorar y evaluar alternativas estratégicas con la intención de maximizar el valor de los accionistas, incluyendo la venta de la compañía,” dice Mad Catz en su comunicado oficial.
“La junta tomó la decisión de que la compañía se declarara voluntariamente en bancarrota tras considerar distintas alternativas estratégicas, el interés de varios accionistas y diversos factores.”
“La compañía ha sido incapaz de encontrar una solución satisfactoria a sus problemas de liquidez. La junta quiere expresar los increíbles esfuerzos realizados por los empleados que han apoyado a la compañía, especialmente durante el periodo que ha atravesado dificultades financieras.”
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Solo nos queda decir adiós a la compañía, a no ser que alguna de las grandes de periféricos la adquiera y sigan fabricando periféricos como hasta el momento. No hay datos sobre una posible adquisición, pero no la deberíamos descartar. Una mala decisión ha terminado con una empresa de gran calidad y con productos muy buenos e innovadores.