La pandemia ha hecho que quienes recurren a la mendicidad tengan que hacer uso de Bizum
Debido a la pandemia de Covid-19, se impulsaron numerosos cambios sociales con tal de prevenir contagios, y una de ellas era evitar el uso del dinero en efectivo en favor del pago con tarjeta. Bizum era la forma de pagar entre personas que existía de antes, y su uso se ha intensificado, llegando a convertirse en una necesidad para personas que viven de donaciones ajenas, sean vendedores ambulantes, músicos callejeros y personas sin hogar que recurren a la mendicidad.
La pandemia de Covid-19 ha hecho que mucha menos gente lleve dinero en efectivo encima, debido a que muchos negocios han asumido Bizum como método de pago adicional a la tarjeta. Con ello, mucha gente ya prescinde de llevar dinero en efectivo.
Tener que abrirse una cuenta y un teléfono para pedir dinero
Así, gente que ha vivido de pagos del dinero suelto que tiene la gente tiene encima, tocando en el metro o pidiendo por las calles se ha tenido que abrir Bizum para poder seguir adelante. Esto es tener que abrirse un número de teléfono con un smartphone, y abrirse una cuenta en uno de los bancos que ofrecen el servicio de Bizum, que no todos lo tienen. Esto último puede ser un problema para muchas personas.
Si bien existen bancos virtuales que ofrecen cuentas que no tienen comisiones de mantenimiento más allá de compensaciones por descubiertos debido a domiciliaciones y otros servicios adicionales, no son accesibles ni conocidos por el gran público. De los bancos virtuales más conocidos, N26 uno de los bancos virtuales más populares, no ha tenido acceso a Bizum hasta hace unos pocos meses, y Revolut no tiene.
En varias historias que ha recopilado El Periódico, existen casos de músicos callejeros que ante los «Te daría algo pero no tengo nada encima» han pegado su Bizum al instrumento y han recibido donativos más grandes de lo habitual. Algunos músicos callejeros afirman que el cambio les ha ido a mejor, porque aumenta el tamaño de las donaciones. Quienes no han podido hacerse uno han visto sus ingresos drásticamente reducidos. Se nota sobre todo en la gente en situaciones precarias o mayores que recurren a la mendicidad o venta ambulante.
Las historias de El Periódico hacen ver la desigualdad que puede generar la dependencia de un sistema tecnológico como es el uso de Bizum. La mitad de la población española ya lo usa, con lo que el resto de gente se ha visto forzada a usarlo. Quienes han podido adaptarse pueden sobrevivir o incluso mejorar. Pero las personas que no pueden abrirse una cuenta en un banco y mantener un móvil por motivos económicos legales, o que no pueden aprender a usar la aplicación, han visto cómo su modo de vida ha empeorado. No es un problema hecho por Bizum sino de que la mayoría de la gente depende menos de efectivo y eso acaba afectando a quienes dependen del efectivo para su día a día.
