Chromebook desfasados de los colegios no se pueden reciclar, ni reparar
A priori, la idea de los Chromebook de ser rodenadores de muy bajo coste que permiten acceder a internet es una buena idea para el sector educativo. Pueden pedirlos en grandes cantidades para las aulas de informática, para que profesores y alumnos puedan ejercer clases a distancia, y sin gastar mucho dinero, y asegurándose de que los niños no vana instalar juegos. Pero ya sabemos que la tecnología se degrada mucho, más que por su uso, por las crecientes exigencias de servicios web y más.
Eso está ocasionando que los colegios estén en regulares fases de renovación de sus flotas de Chromebook. ¿Y qué pasa con los antiguos? Que los Chromebook viejos no se pueden reciclar y acaban siendo basura cuando no se pueden reparar.
Los Chromebook no se diseñaron pensado en que se pudieran reciclar ni reparar, y eso es un enorme gasto
Si bien muchas empresas están abrazando la idea de que los portátiles contaminen menos en su transporte, que sea más fácil de reparar, y permitiendo que se puedan mejorar sus componentes. Así, la vida útil de un portátil se alarga y no hay que renovarlo tan rápidamente. Pero en esta ocasión, estamos hablando de Chromebooks de hace varios años que no se diseñaron para que se puedan ni mejorar ni reciclar.
Un informe del grupo sin ánimo de lucro de defensa del consumidor PIRG afirma que la obsolescencia programada de los Chromebook proporcionados por los colegios públicos es costosa para los contribuyentes y el medio ambiente. Estos dispositivos proporcionados a los estudiantes duran, de media, unos cuatro años. En marzo de 2021, 48,1 millones de estudiantes recibido Chromebook, con el aprendizaje a distancia siendo más común debido a la pandemia. Con ello se calcula que un estudiante pasará por varios Chromebook a lo largo de su carrera escolar.
El factor más común es que el sistema operativo Chromebook esencialmente tiene una fecha de caducidad, tras la cual ya no puede recibir actualizaciones. Con ello, y se ven obligados a actualizar a modelos más recientes. Por otro lado, muchos sistemas escolares públicos exigen un hardware actualizado para poder acceder a sus servicios de exámenes en línea.
Luego está que los Chromebook son difíciles de reparar, y las piezas de repuesto difíciles de conseguir. Esto obliga a comprar nuevos dispositivos porque desechar el Chromebook roto es más fácil que repararlo. Siendo sólo un tercio de los Chromebook reciclables, esto significa que la mayor parte se convierte en basura electrónica.
PIRG sugiere que se extienda la vida del software de Chrome OS a 10 años después de la fecha de lanzamiento del producto. Muchos Chromebook en perfecto estado acaban en un montón de basura porque Google les ha quitado su soporte. La segunda solución, más compleja, es que Google presione a los fabricantes de Chromebooks para que mejoren la capacidad de reparación, y que aumenten la producción de piezas de repuesto para alargar alargaría la vida útil de los productos. Duplicar la vida útil de los Chromebooks vendidos en 2020 habría reducido la contaminación por carbono equivalente a 909.000 coches en circulación.
Fuente: PC Gamer
1.- Todas las computadoras – Los Chromebooks también – funcionan con sus SO originales. Raro es la que dura más de 4 años y puede seguir actualizando su SO, sea este MS WOS, Apple o incluso GNU/Linux, que es lo más versátil, pero usando versiones especiales para dispositivos viejos.
2.- A los Chromebooks con Chrome OS caducado se les puede instalar Chrome OS flex o GNU/Linux. A su competencia MS WOS o Apple no se le podría actualizar tampoco, y aparatos similares GNU/Linux en 4 años también estarían obsoletos, aunque puede que durasen más (lo mismo que cambiando a los dispositivos con Chrome OS).
3.- Es cierto que existen computadoras X86 modulares, que aprovecharían la carcasa, teclado y pantalla, cambiando placa base, procesador RAM y discos sólidos (antes duros), pero la tecnología de pantallas también evoluciona, y en 4 años mejoran mucho y hacen mucho menos daño a la vista. PERO estas computadoras son muy recientes, más caras, y no parece que encajen en los presupuestos educativos.