Los iPhone y MacBook tendrán un impuesto de 25% en Estados Unidos según declaraciones de Donald Trump

Unas declaraciones de Donald Trump podrían suponer una subida del impuesto de los dispositivos de Apple hasta un 25%, algo que según Trump es algo que una familia media norteamericana puede asumir fácilmente.
No nos metemos demasiado en política si decimos que Donald Trump es un presidente con una peculiar forma de anunciar sus intenciones, casi todas a declaraciones de prensa y con más efectos que los que se suelen asociar a comentarios a medios.
Ahora volvemos a tener un nuevo cambio de esta forma, ya que en unas declaraciones al Wall Street Journal, Donald Trump planea aumentar el impuesto a los productos fabricados en China. Aunque esto sería la gran mayoría de tecnología, el presidente se centró en concreto en los iPhone y los MacBooks, comentando que es algo que la mayoría de los estadounidenses pueden asumir, unas palabras demasiado atrevidas a pesar de las numerosas recomendaciones de expertos de no subir impuestos a importaciones debido a la dependencia que tienen de materias primas y productos manufacturados en otros países.
El uno de enero subirá el precio de los iPhones y MacBooks en Estados Unidos
No son pocos los que han aprovechado un viaje a Estados Unidos para aprovecharse de un precio menor para un producto de Apple. Se calcula que un iPhone podría costar 75 dólares más que ahora y un MacBook costaría en torno a 125 dólares más. No es tanto en comparación a lo que acaban costando, pero pueden desincentivar a muchos compradores, algo que Apple no se puede permitir por los continuos rumores de bajas ventas de sus últimos modelos.
Los consumidores de Apple ya esperan unos altos precios, pero no significa que puedan tener unos impuestos tan altos frutos de una guerra comercial que la mayoría de economistas dictamina como contraproducente y que no está consiguiendo más que dificultar una industria estadounidense que pasa tiempos duro a la hora de competir contra otros países con menores costes salariales y de manufactura.
Fuente: Wall Street Journal