Crecen los casos de drones pasando contrabando en cárceles
Sucedió el el 26 de agosto de 2019, a las 1:30 de la madrugada en el estado de Georgia, que dos hombres detuvieron un coche a 100 metros de la prisión estatal de Telfair, que tenía dentro de una bolsa de lona con Storm Drone 4 de 1,9 libras, un controlador de UAS Radio Link, un monitor de vídeo Spektrum con auriculares DVR, 75 gramos de tabaco suelto, cuatro cartuchos de munición suelta y 14 teléfonos móviles. El plan de la noche era volar el dron por encima de los muros de la prisión para dejar la carga e irse, pero fueron detenidos por el sheriff local. Se les acusó de volar un dron sin licencia y no registrado, y es uno de los juicios por el uso de drones para pasar contrabando a cárceles.
El creciente número de lanzamientos de drones de contrabando ha llamado la atención del Departamento de Justicia de EE.UU., de la unidad antiterrorista de la Comisión Europea y de la Interpol. Prácticamente todos los funcionarios de prisiones del mundo tienen se están preparados para interceptar drones que se vuelen cerca de las instalaciones penitenciarias.
Los drones son muy cotizados para pasar contrabando en cárceles
Los drones están dejando caer drogas y teléfonos móviles en los patios de las prisiones. Alguna vez han dejado cortadores de claves que han ayudado a fugas, han provocado disturbios en la cárcel, y han aterrizado en el tejado de un colegio suministrando armas. En un caso especial, las fuerzas del orden de Reino Unido procesaron a una banda de drones por un complot de dos años coordinado en al menos cinco prisiones, que incluía 49 vuelos ilegales de drones y contrabando por valor de hasta 1,34 millones de dólares. Sólo salió a la luz porque las cámaras de campo instaladas para grabar la vida silvestre avisaron a la policía.
El caso actual es que las prisiones no han sido diseñadas para hacer frente al uso de drones para pasar contrabando. Esto es porque se diseñaron contemplando una protección perimetral bidimensional, afirma Mary-Lou Smulders, la directora de marketing de la empresa de contra-drones Dedrone. En Carolina del Sur, las instalaciones penitenciarias han registrado 424 avistamientos de drones desde 2017 y han visto cómo el contrabando ha aumentado con 29 registrados en 2017, 166 en 2021 y 108 hasta mayo de este año. Según un representante del sindicato de funcionarios de prisiones de Canadaá, estos casos ya se detectan diariamente.
Las instalaciones de seguridad media, con ventanas operables y pantallas de malla fáciles de perforar, son las instalaciones que más afectadas se ven, porque el que recibe el contrabando solamente tiene que sacar la mano de la ventana de su celda. Con todo esto, las peleas y conflictos en las prisiones aumentan en número.
Parte del problema es que los sistemas de seguridad no están adaptados a detectar drones. Recomiendan utilizar cámaras electro-ópticas e infrarrojas, unidades de radar, radiofrecuencia y sensores acústicos. Pero cada una de soluciones tiene sus deficiencias:
- Las cámaras no funcionan bien en zonas urbanas densas con un alcance visual limitado.
- Los sistemas de radar suelen ser binarios y pueden confundir un pájaro con un dron,
- Las unidades de detección por radiofrecuencia que operan en las bandas de 2,4 y 5,8 GHz, que son las mismas frecuencias de señal utilizadas por las tecnologías Wi-Fi y pueden confundir los drones con otros dispositivos.