Los investigadores de la Universidad de Berkeley han descubierto que el Dióxido de Vanadio es un material conductor de la electricidad con unas características térmicas inferiores a las que deberían ser.
Los conductores de la electricidad, también conocidos por alguno como metales y aleaciones conductores, como cobre, aluminio, plata u otros, se caracterizan por ser buenos conductores, pero tienen un gran problema, la corriente eléctrica provoca que estos se calienten. El silicio es un semiconductor que también genera calor, todo debido a las dichosas corrientes. Los disipadores, como los cooler, tienen la función de refrigerar el calor, en los cables sencillamente se utilizan tubos de PVC, dejando al menos el 50% del tubo libre para la circulación de aire y reducir la temperatura.
Esto se debe a las leyes de Wiedemann-Franz, que son un incordio, pero que de momento debemos seguir sufriendo, pero, ¿Por cuánto tiempo? Pues bien, su tiranía tendría un final próximo, ya que un equipo de la Universidad de Berkeley ha logrado dar con un material ajeno a esta norma. Lógicamente esto es experimental y de aquí hasta que llegue, puede pasar mucho tiempo, pero por lo menos, ya tenemos una base, como pasa con el grafeno.
¿Quién es nuestro nuevo amigo?
Nuestro nuevo amigo se llama Dióxido de Vanadio. Actualmente no conocemos de nada a este nuevo amigo, pero promete mucho y la promesa no es vana. Se podría aplicar a gran cantidad de cosas, entre otras para las centrales termoeléctricas o los procesadores. Nuestro amigo el Dióxido de Vanadio no es nuevo en el mundo, pero el equipo de Junqiao Wu ha descubierto algo curioso, que este material a temperatura ambiente, dispone de una conductividad térmica que es hasta diez veces inferior de lo que debería ser.
Junqiao Wu explica: «Fue un hallazgo totalmente inesperado. Los datos muestran una excepción muy curiosa para tratarse de una ley que está en todos libros de texto y que ha demostrado su robustez en conductores convencionales».
Normalmente los materiales conductores tienen la característica de moverse en todas las direcciones. Los materiales permiten varias configuraciones, esto permite que los electrones se muevan de manera aleatoria y el resultado final es el calor. Una de las ventajas es que el Dióxido de Vanadio no admite tantas configuraciones, lo cual impide que los electrones se muevan de manera aleatoria, moviéndose de manera más ordenada y eso reduce la carga térmica.
Regulación térmica
Tiene grandes posibilidades técnicas, que irían desde el diseño de motores más eficientes que generen menos calor o también se podría utilizar en ventanas, aislando el frio, por ejemplo. Una posibilidad muy interesante es el uso de este material para fabricar procesadores, si es que se puede, ya que serían térmicamente más eficientes, porque debemos recordar que el calor generado por la electricidad, normalmente se considera como perdidas, lo cual reduce el rendimiento efectivo.
Debemos esperar aún mucho, porque están en proceso de análisis y estudio y aún falta tiempo para que pase a ser producido de manera industrial y posteriormente comercializado. Este descubrimiento es sencillamente intrigante. También se debe investigar si este material puede ser toxico a medio o largo plazo para las personas.
Fuente: AndroidAuthority